Cuando hayamos entendido que los estudiantes son personas, no máquinas, habremos entendido que son seres únicos a quienes no tiene sentido tratar de manera uniforme; y, más aún, que tienen el derecho a no ser tratados así (por el solo hecho de ser personas). La homogeneización de los procesos educativos es cuestionable, pues, no sólo a nivel de su efectividad: es también cuestionable a nivel ético. Porque induce al sistema educativo a tratar a sus beneficiarios como si fueran menos que personas.
Excelente columna, para seguir leyendo...
fuente: http://blog.reevo.org/externo/personas-nomaquinas/
y así …
"No queríamos una escuela donde se sentaran todos en silencio en la mesa, donde se les mutilara la creatividad en favor de la memorización", explica Marta. Esta madre cree que, como los adultos, "los niños aprenden más cuando lo hacen por voluntad propia, movidos por sus inquietudes y necesidades". Mientras su hija se columpia en el patio, Marta fija la mirada en una escalera de mano que le sirve de ejemplo. "Si un niño quiere subir esta escalera, y no puede, tranquilamente bajará y lo volverá a intentar otro día, hasta que se sienta cómodo; si lo forzamos a subir, acabará teniendo miedo, o cayendo, y al final tardará el doble en subir la escalera. ¿Qué importa cuando aprenda a subir?". Esto, aplicado a las matemáticas o a la lectura, según Marta, es una de las esencias de la educación libre.
fuente: http://blog.reevo.org/externo/crece-el-modelo-de-escuelas-libres-en-cataluna/
jueves, 19 de diciembre de 2013
LOS ESTUDIANTES SON PERSONAS, NO MÁQUINAS
miércoles, 18 de diciembre de 2013
ignorancia.
lunes, 14 de octubre de 2013
lecha - vacas - humanos - tierra.
”Si la raza humana considerara que un árbol de almendro produce dos veces más leche que una vaca, la leche de almendra es más sabrosa y nutritiva, y que el almendro refresca la atmósfera, recicla el carbono y no genera gas de efecto invernadero, entonces todas las familias sensibles y evolucionadas de la tierra sembrarìan un almendro de tras de su casa, en sus jardìnes y vecindarios, así las mil millones de vacas volverìan a ser tres millones, y los pocos almendros que quedan se convertirían en millones
Esto volverìa a refrescar al planeta tierra, además de restaurar la dañada psicologìa humana, expuesta irracionalmente a la violencia del estado, a la televisión y al consumo pernicioso”.
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fuente: http://permatelemaiz.wordpress.com/2013/04/20/el-libro-de-la-cultura-sensible/
